El “fúlbo” no es ninguna ciencia
Voy a sacar un “pelpa” amarillento, nota de diario Hoy escrita por “Acquaforte” el 6 de junio de 1994 titulada… ¿Un fútbol de robots preanuncia el caos? El escriba se quejaba del ojo biónico recién aparecido en Canal 13, el Telebeam, moderna tecnología que relega al factor humano”, comienza la nota. El periodismo me permitió conocer mucha gente y entre la buena incluyo al tal “Aquafuerte”, a quien un buen día le saqué la ficha… Era (es), Pedro Colombo, un caballero históricamente ligado al Club Aconcagua (¡dicho sea de paso, club vecino a la casa de los Favaloro! Ya sabe a quién me refiero). Saco el tema de la máquina que aparenta cantar la justa porque a este Gimnasia-Colón le quitaron la única emoción verdadera: el gol. ¡Terminémosla con el VAR!
“Dame dos”, decía el Ruso Sofovich vendiendo avisos. Va la primera: domingo 28 de diciembre de 1952. La primera vez que Colón visita 60 y 118, en una última fecha de Primera B. El Tripa arriba, si gana es campeón y asciende; Tigre lo perseguía a un punto y visitaba a Unión. Los dos ganaron. Gimnasia es una locura popular (mire el video). Aquel equipo tenía pibes formados en casa como el símbolo de “Pocho” Schadlein, a quien descubrió Miguel Ignomiriello pateando en la canchita de la Líder (pedacito del bosque, pasando El Chaparral). Había un par de refuerzos claves en el logo, “El Sargento” Maravilla, de San Lorenzo, y Alfredo Martínez, de Boca. La victoria se la dedicaron a Juan Domingo Perón por la muerte de Evita cinco meses antes.
El 19 de marzo de 2000 es una fecha histórica en el fútbol argentino: Gimnasia 6 Colón 6. Ahí estuve junto a mi colega y amigo Fernando Inchausti, cuando el actual sector Basile era la Platea H, con butacas de madera. A tono con el resultado fue por la fecha “6” del Clausura. Gran remontada mens sana, que perdía 1-4. Tres gritos del Colo Sava; y otros tres del Bichi Fuertes. El empate en seis lo selló San Esteban a los 45 del segundo tiempo.
Los equipos a la cancha. Gorosito va a abrazarse a otro entrenador debutante, como lo hizo con Tevez; otra vez de un equipo santafesino, Rondina. Debe ser por el afecto que prodiga “Pipo” que por un tema de cabulero. Sorteo de capitanes, los dos 10, Aleman y “Pulga” Rodríguez.
El rol protagónico es gimnasista, y los Sabaleros llegan recién a probar al arco a los 25 minutos. La bandera “Cuestión de honor”, parecía hablarle al fútbol adormecido de los visitantes. Buen dominio del local, con posesión de pelota.
Para el segundo tiempo se espera el golpe de efecto. Echenique da la orden para disfrutar los últimos 45 minutos en el Bosque”, dice el relator TV. Está en cancha con la “44” Benjamín Domínguez, chispa y genio de un petit delantero categoría 2003, que me remonta a la Liga Amateur, a uno de esos casos esporádicos de los que llegan a Primera por la vía más incómoda: desde el barrio, sin el pasaje exigente por divisiones juveniles de AFA. Este viene de Comunidad Rural, club de Los Hornos, como allá por 2001 le tocó a Lucas Lobos, cuando rompió los moldes y vino desde Unidos de Olmos. Un par de gambeteadores desfachatados. “Estamos contentos con el trabajo de Chirola y de Lobitos y de todos los muchachos que están abajo que nos están surtiendo de juveniles constantemente”, tiró ayer Gorosito en conferencia, refiriéndose precisamente a Lucas Armando Lobos (hoy DT) y a Sebastián Romero.
Una tarde de sábado, con 8 grados, para dormir la siesta. Y el Lobo casi hace la suya, cuando se regala y la pelota va a Wanchope, quien esquiva al arquero Rey con una gambeta exactamente igual a la de Caniggia ante Taffarel en el Mundial de Italia. Solo que el jugador de Colón lo pierde, la bola rebota en un palo y recorre la línea. Pero no valía. ¡Orsai!
En la línea saca la pelota Garcés, defensa muy serio del Rojo y Negro (¡avisenle a los dirigentes que la camiseta debe tener el negro a la izquierda, y acá apareció un diseño con el rojo!). Para aclarar a un despistado, es Garcés (con ese), y no tiene parentesco con aquel “Chino” Garcé, que entre las siete u ocho camisetas que vistió, también llevó la de Colón de Santa Fe (hoy es corredor de autos).
¡Penallll!, es el murmullo del hincha. Van 19’ del ST. ¿Lo tocaron? Van al VAR, que respaldaría la decisión de Echenique. El asistente tecnológico es Silvio Trucco. Hace frío y encima hay que esperar, ¿Cuántos minutos? Tres, cuatro, al quinto minuto, la información es que ni siquiera habrá tiro penal. La máquina habría detectado un “orsai”, del que se tienen incluso serias dudas. “No hay orsai”, se enloquece Gorosito, con bufanda negra. Y después en conferencia confesará una especie de mano negra… “No tengo pruebas, pero pobre (por Truco) siempre que nos dirige pasa algo”.
El técnico muy caliente con el árbitro a cargo de la tecnología por el penal invalidado. Y el fana ni hablar. Por ejemplo, el que va con su hijo a la cancha, feliz por el premio de haber estudiado bien y empezado las vacaciones. ¿Cómo le puede explicar el tipo al niño inocente lo que pasa en la cancha?
Hay una especie de silencio que nos lleva a pensar con misericordia por este fútbol moderno. Pero por favor, ¡consideren sacar el VAR si no quieren sacar el fútbol de las preferencias de la gente! Así como hay zonas no se da el trigo, zonas donde no se da el maíz, en el fútbol argentino no se da el avance tecnológico.
Faltaban 15 minutos y el arquero Ignacio Chicco ataja dos veces. Es la figura del partido, del empate que valoran los diarios de aquella provincia con formita de bota. “Colón se olvidó que había otro arco que no sea el de Chicco durante casi todo el partido. Pero en el final tuvo tres situaciones muy claras para llevarse el premio mayor. De todos modos, nadie discute el resultado. Si no fuera por el buen trabajo defensivo (Garcés fue la figura), las atajadas de Chicco y el VAR, que esta vez le jugó a favor, se le podría haber complicado” (El Litoral de Santa Fe). “El elenco rojinegro esta vez se vio beneficiado por el VAR, que volvió atrás en una decisión de Fernando Echenique, que había otorgado penal para los anfitriones” (Diario UNO de Santa Fe).
¿El punto sirve? Esto es largo, dijo Gorosito. Tan largo como el recorrido que hizo Stefano Ceci, desde su casa en Dubai hasta el Bosque. El italiano fue amigo de Diego Maradona y luego socio, se conocieron cuando el 10 era crack en Nápoles. Le vino a entregar a la Comisión Directiva de Pellegrino una réplica de la obra de arte que hizo con el pie izquierdo del ídolo mundial. Paseó por la tribuna del Lobo. “Súper sencillo”, lo describe Ale Caballero, del área de marketing, quien compartió varios momentos de la tarde.
“Pipo” Gorosito, surgido de la escuela futbolística de River, suele ser didáctico y claro, pero últimamente se enoja y con razón de director de escuela. Ahora, pasó de la radia de “los doce segundos” (fecha anterior en Tucumán, por el gol madrugador) a la rabia por este “penal que no patearon nunca”.
El 21 de julio tendrá la oportunidad de sacarse toda la mufa ante el club que lo vio nacer, en el Monumental, a las 21.30.