Lobo: nadie se hizo fuerte sin batallas difíciles
Recién se sentaban en la zona de palcos un par de periodistas platenses presentes en el Jardín de la República y se cruzaron las miradas y las señas inconfundibles de quien mira el reloj o el celular. “¿Tomaste el tiempo?”. Facundo Aché y Germán Testa fueron testigos de un gol relámpago, a los 14 segundos (según La Nación y Olé), a los 13 segundos (para La Gaceta de Tucumán) o “antes del minuto de juego” como escribió Martín Mendinueta para El Día. En radio, muchos redondearon y le dieron “15 segundos” al magistral comienzo tucumano.
El gol no valió ni un título, ni zafar del descenso, pero fue en 7 fechas el más veloz de la actual Liga Profesional. Un tanto “tempranero” que no fue récord. En ese sentido, “el gol más rápido” está inscripto en el Libro Guinness de los Récords y es un placer para los seguidores de Gimnasia y Esgrima La Plata y especialmente para Carlos Danton Seppaquercia, hoy radicado en Luján, ex delantero, que a los 5 segundos clavó un pelotazo en el arco del Bosque, el 18 de marzo de 1979, ante Huracán. Había empezado el partido, movieron del círculo central, “lo vi adelantado al arquero Borzi y no dudé en pegarle”.
Distinto a este de Atlético Tucumán, que tras una serie de combinaciones donde participaron varios jugadores tuvo una definición de Agustín Lotti en la puerta del área, cruzado, potente, sorprendente. El hincha pasional del Lobo lo sufrió “como un mazazo”, tal cual describió el Turco Alaluf por radio Provincia. O como conjeturó el Profesor Daniel López en radio 221, “Atlético recibió una gran mano del destino”.
Lo cierto es que el primer tiempo se esfumó tan rápido como el gol, y los críticos platenses no tenían dudas de lo que estaba pasando: “Estoy viendo a un equipo sin respuestas”, opinó “Tito de América” por Nuevos Aires. “Es momento de ver el banco y buscar una segunda guitarra”, fue la analogía de Fernando Serrano por La Redonda, pretendiendo “ver” si el ingreso de Tomás Muro podía acompañar mejor al “Gardel” de este once albiazul, Brahian Aleman.
Los 25 grados con que arrancó la tarde calurosa del norte fueron bajando, pero el pueblo local siguió calentando su garganta en el minuto 62. Ramiro Ruíz Rodriguez (bauticémoslo “RRR”) le punteó la pelota a Rodrigo Rey (“RR”) y 2 a 0, irremontable para el equipo de Gorosito, que en la previa bien decía: “No somos el Liverpool ni yo soy Pep Guardiola”.
La cosa es que en Tucumán y con Atlético siempre es un asunto difícil. Asomarse al archivo y ver dos caídas en el Nacional A, en 1975 y en 1976, ambas por 1 a 0. Y una de este siglo, en 2009, un lunes de cierre de torneo, 0-1, y fin de ciclo para el “Moncho” Fernández DT. En cuanto a goles sufridos “en ayunas”, hay que retroceder al año 1944 (el del gran movimiento popular “Arriba Gimnasia”) cuando en la vieja cancha de San Lorenzo, visitando a El Porvenir, un tal Borges convirtió a los 10 segundos. Gimnasia empezó perdiendo y terminó igual, 3-1, quedando segundo a un punto, ya disputadas 15 fechas de Primera B.
“No hay que hablar en caliente, ni en la derrota ni en la victoria”, me devuelve un mensaje “a lo Seppaquercia”, desde larga distancia, Rafael Ton, el escritor que acaba de presentar “Leyendas del Bosque” a salón lleno en el Centro Cultural Islas Malvinas. Lo recomiendo. Es una reedición especial que incluye capítulos del “Diego” en la vida mens sana.
Frente a esta derrota que no lo deja subir a la punta de la Liga Profesional, no haremos un caldo para engordar al exitismo. De hecho, la derrota dolorosa no reviste mayores problemas. Y el rival también está en pleno despegue, tres victorias y cuatro empates, invicto, que le sacó el de 12 fechas al tripero.
Es simplemente fútbol. Por más 9 o 10 de julio y San Miguel de Tucumán, la Casa Histórica ahi nomás del Estadio Monumental, esto no es el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica que limaba asperezas entre Buenos Aires y las provincias, cuyas relaciones estaban deterioradas.
Sí, usted tiene razón, puede calentarse un rato, porque es su patria chica, la bandera que le envuelve el corazón, pero el fin de semana sigue.
Volvamos a la poesía, a la construcción de una identidad popular, a un Gimnasia que siempre dará letra, a los más conocidos en la zona como un Rafa Ton, un Eduardo Berisa y un Arístides Caviglia, o como ayer lo fueron Néstor Basile o Carlos Asnaghi.
Escritores hay muchos, usted mismo puede transformarse en eso si lo desea. La terapia de tantos anónimos que llama a la puerta del domingo. Un tal A. V. López (nada que ver con quien suscribe) allá por 1962 (recién nacido el mote de “El Lobo”) mandó a un diario estas rimas con las que me despido.
Todos los simpatizantes
enardecidos están
junto al bravo Minoián
que con su alma y sus manos
apareándose a Galeano
los goles hacen frustrar.
Mucho ya han dado que hablar
el que marcan queda inmóvil
pues se agrega Marinovich
en defensa de esa zona
la que alternan con Lejona
formando un perfecto óbice.
En toda esta sangre joven
que supo corresponder
están don Carlos Daniel
con Davoine, el oriental
que se ha lanzado a jugar
como él solo sabe hacer,
Se han llegado a comprender
y a lucir tanta eficacia
a la derecha con Ciaccia
que ampliamente recobrado
ya sea con Antonio o Prado
muestran su valor y audacia.
Y entre tanta perspicacia
en donde ninguno afloja
trenzan el centro con Rojas
que a velocidad de rayo
recibe de Diego Bayo
y entre las mallas la arroja.
El contrario se acongoja
permitiendo un nuevo avance
que parte de Gómez Sánchez
quien no añora su Perú
porque encontró en este club
un respeto semejante.
Gimnasia irá hacia adelante
el club de nuestros amores
sepan responder señores
que tendrán su merecido
porque en este club querido
serán suyos los honores.
Después de los sinsabores
que vengan momentos gratos
ya que este cuadro tan apto
que rompe la aristocracia
haga inscribir a Gimnasia
su nombre en el campeonato.
