“¿Cómo puedo yo amarte así…?”
Por Gabriel Alejandro López
Twitter: cololopez74
Está en construcción. Todo lo bueno siempre llevó tiempo. Está buscando el DNI, lo está tramitando en el Country. Como dice un amigo de prosapia albirroja, Jorge “Pirulo” Bustos, radicado en La Favela, “el fútbol es un enemigo acérrimo de la lógica”.
Pasó Estudiantes (0) Lanús (2), y no hay que pedir la estadística para darse cuenta que en ataques fue más ambicioso el equipo albirrojo, aunque “atacar no es lastimar”, me supo decir alguien que la memoria me traspapeló en el tiempo. Tal vez dos derrotas en casa sean el precio más alto a pagar. Eso es lo que fastidia al fiel, que sabe de pasiones pero no conoce de paciencia en estas arenas movedizas en que se convierte el césped durante los 90 minutos de un partido oficial.
Por suerte hay ojos para verlo que otros no pueden ver. Me dejo llevar por el alud de sonrisas infantiles, de una tribuna que le da por unanimidad el triunfo social a la Fundación Estudiantes. Del merendero La Placita del Arroyo, las categorías de fútbol 2012, 2013 y 2014 de Banda Roja, el Club Olimpia de Los Hornos y chicos del Parador Juvenil Abordaje Transitorio.
Estudiantes ataca para el arco del Industrial donde atronaron los instrumentos de percusión toda la noche. Lanús fue hacia 55, donde había una bandera albirroja que dice… Lanús, te ama (Acaricia la pared lateral de un foso, a la altura de lo que fue la ochava de 115). Ahí anduvo Gastón Fernández, quien por su nombre idem del ex goleador lo han apodado “La Gata”. Rubio y nacido en aquel municipio en 1978, gozó, sufrió y volvió a empezar este martes entrando a las 7.30 al laburo. “Recién a la noche me crucé con hinchas de Lanús en el club cuando llevo a mi hijo a jugar al futsal”. El niño se llama Juan Sebastián Fernández y tiene 11 años.
La Filial Lanús se llama “Hugo Ernesto Gottardi”, y de allí mismo está naciendo en estas horas la nueva Filial Lomas de Zamora.
Se perdió de local por segunda vez al hilo, pero la caída tiene atenuantes para quienes tienen ojos para ver: inicio de cuerpo técnico, jugadores de real talla que se van adaptando, y las cuatro tribunas de un teatro lleno, el mejor recital de voces de amigos y amigas, de padres e hijos, de enamorados en vísperas de un 14 de febrero (con el cuadragésimo aniversario del Pincha campeón de la mano del “Narigón”). Los sentimientos están a flor de piel en un grupo de ex jugadores del club, la categoría 1975, los chicos que jugaban en otra época muy distinta al actual Fútbol Amateur, con otra estructura, pero marcados para la vida, porque Estudiantes es una escuela. La 75 de Juan Sebastián Verón, hoy dirigente y atendiendo esos asuntos. Se vio en el césped a Nico Tagliani (llegó a jugar profesionalmente en tiempos del Profe Córdoba), Leo Gómez (un referente futbolístico de la ciudad de Magdalena) y Julio Irurueta, quien llegó a ser dirigente del Club (cinchó para que aquel clásico del 7 a 0 se juegue en el Estadio Unico cuando el escenario era aún discutido en el seno de la Comisión Directiva). Pibes de ayer, hombres de hoy: Víctor San Martín, Damián Garófalo, Pablo Fabiano, Javier Alonso, Javier La Bolita, Ignacio Torres, Adrián Camiolo, Leandro Lalli, Mauricio Chero, Agustín Quillaborda, “Quique” Taguil, Aries Chanampa, Claudio Varales, Andrés Cardozo, Facundo Siciliano, Marcelo Cima, Juan Ignacio Mincarelli, Leonardo Gómez, Guillermo Díaz, Cristian Salas, Diego Merena, Andrés Cardozo, Gabriel Merlos, Carlos Bailoreto, Leonardo Blanco, “Carita” González y Sebastián Abdala. Hace un año partió Carlos Daponte, “El Ruso”, haciéndose presente su familia.
La Brujita compartió con nosotros de Prenovena a Sexta y medio pegó el salto a la 74″. dijo ante la consulta periodistica Pablo Fabiano, uno de los arqueros de la generación 1975 (campeones de un torneo de Octava).
La rueda mágica ya se movía y Lanús se mostraba como ese “hueso duro” de siempre; estaba en el ambiente ese tire y afloje, y en la predisposición de los visitantes de hacerse fuertes (en los corners se hablaban, alguno le chocabas las manos al compañero que había fallado).
Una canción del grupo Los del Fuego (“Jurabas tú”) era el ritmo algo lento que daba marco al juego. La canción arranca arriba, pero de pronto baja el tono… “Pinchaaa!… / yo a vos te quiero… ¡Y te pido! / que pongas más huevos…”. Cada vez que a la bella dama de blanco la tenía Benjamín Rollheiser, su amague de cintura y la pisada de suela (insoportable para los marcadores) daba gusto. El zurdo de Coronel Suárez volvió a ser un punto alto. Curioso: aquel cantito se sostuvo diez minutos, solo interrumpido por el “uuuhhh…” de una bola del “Rusito” Ascacibar, con más polenta que precisión.
Lanús dio batalla, marca a presión y un par de estocadas al hueso antes del cierre del primer tiempo: el ex pincharrata Leandro Díaz convirtió un gol que no fue convalidado; luego, Canale que mandó a guardar una volea al ángulo, verdadero “balde de agua fría”… el agua que se anunciaba el finde y se disipó para el partido.
El entretiempo suele ser el momento para despejar la cabeza con algún nostálgico. Un partidazo de 1968, por ejemplo, con arbitraje de Guillermo Nimo. Estudiantes estaba obligado a ganarle a Lanús para clasificarse a la semifinal del Metro, y Lanús vino con dos resultados posibles (empate o victoria) para lograr esa meta. Y el Pincha la tenía peor… ganar y que Boca empate o pierda contra Banfield. Los memoriosos que ya no quedan podrán recordar la hazaña. El partidazo empezó con goles de Echecopar y Flores; Lanús lo empató gracias a “Kiko” De Mario (un muchacho oriundo de Los Hornos, donde vive todavía y ama los colores de San Martín, club al que dirigió en 1990). La tribuna de calle 1 se había poblado de jubilosos Granates, pero tuvieron que rendirse con los entonces dueños de América, que con dos goles más del “Bocha” dejaron 4 a 2 la chapa. Perdió Boca y clasificó Estudiantes.
La realidad no será para hazañas de ese tipo en el inicio del ciclo de Abel Balbo, quien recién entra al taller de City Bell y también sabe pedir disculpar ante los fervientes defensores de la escuela bilardeana de ganar o ganar.
No salían las jugadas colectivas y por ahí hasta los experimentados Sosa y Boselli se cruzaron en un reproche que será pasajero. Es el precio que hay que pagar para crecer. El lamento que mañana será abrazo y saludo a los cuatro costados.
Como contrapartida, el rival se pareció a uno de esos equipos del “Zorro” Osvaldo Zubeldía que metían un gol y no le podías entrar más. El arquero Lucas Acosta (número 42 en los dorsales) mostró solvencia y hasta enfrió en pequeños detalles. Para peor, los diez hombres de Lanús (por expulsión del “Loco” Díaz) no favorecieron al Pincha sino al que tenía uno menos. Agrandados, aprovecharon un descuido y colocaron el 2 a 0 abrochando el tercer triunfo consecutivo y la punta del certamen que se gritó en la terraza donde van los dirigentes, al lado de las cabinas de prensa.
“Jurabas tu”, así se llama la canción del grupo Los del Fuego… “¿Cómo puedo yo amarte así…? La cantan aquellos que saben que el equipo se va a levantar como un León embravecido.
El sábado tiene cita en la tierra donde todavía se festeja la Vendimia: Godoy Cruz.
El grupo con el director Abel está en construcción. Se deberia atender los tiempos. Es una de las premisas para aspirar a las grandes campañas que todos desean.