Un largo camino a UNO
Uno es el nombre que le da al mismísimo Dios el vecino Gustavo Bonifacio, ex combatiente de Malvinas, que en su mirada amable puede ver el sol después de la Guerra, y habiendo vuelto a casa, pudo tener su familia y algunas veces pasar por 57 y 1 a ver fútbol… y ver a Sabella. Según explica le explica hoy a los interesados en la meditación, Dios tiene otros nombres, Supremo, Padre Celestial, la Fuente, el Benevolente y el Océano de Virtudes, “no es alguien que castigue”. Pero en su disciplina, además de “Uno”, lo menciona como “Baba”, que en la India es un padre cariñoso, o un Dulce Señor. Por un resultado deportivo no debería invocarse a Dios, sostuvo el técnico que revolucionò al club imponiendo un estilo que hoy sigue vigente, Osvaldo Zubeldía, cuya única cábala era el trabajo.
Estudiantes avanza en la Libertadores de América, y la mitad de la gente de La Plata guarda un deseo grande, que no debería dejar de mirarse como lo que es: un partido de fútbol. El tema es viejo; hace tiempo que parece reemplazar nuestras penas sociales, y cuando la comunidad se ocupa tanto del fútbol es que la cosa preocupa.
Agosto llegó y me como dice el poeta azuleño Raúl Andrioli (el único que entrevistó a “Pincharrata” Montedónica una tarde mientras lustraba botas en 1 y 44) “agosto es angosto, es la altura del año en que el camino se estrecha, se angosta”. El jueves 4 de agosto peinó 117 años este Estudiantes que a las 9 de la noche, tras el horario comercial, abrió la asamblea fundacional que celebraron en una zapatería de calle 7 entre 57 y 58. El pasado jueves 4, también se jugó un partido copero, allá en el “Caldeirao”, mientras un rato antes en Buenos Aires, localidad de Bella Vista, nacía una Filial bautizaron Felipe Ribaudo. Abrazos a la gente que encabezada por Roberto Lopresti, avezado escritor de Derecho Constitucional y de Integración, con varios libros publicados.
Viernes 5. Los que creyeron se subieron al bondi o al avión chárter para “el juego” de ida, y todavía les faltaría vivir en las rutas argentinas un par de sustos como el gol anulado a los brasileños. Los colectivos de las agrupaciones y filiales divisando un vuelco, y gozaron como un gol cuando en los controles alguien vio que faltó un certificado de vacuna y le letra chica de algún documento los dejaba en orsai por estar vencido. Por la tarde, y por aire, volvió con el 0-0 en los bolsos Osvaldo Papaleo, hincha célebre que supo dar cátedra como periodista. Lo acompañan varios socios habitués a la platea de calle 1.
Un poco por Papaleo, y otro poco por Bilardo, quedó bautizado un equipo pincha como “La Tercera que Mata”. Papaleo escribía para El Día y firmaba como “El Greco”. En la calle, a metros del club, salió la conversa.
-“¿Qué hacés acá?
–Vengo a hablar con Mangano, lo estoy esperando porque se fue a ver una película, la Tercera que Mata.
–No, Carlos, mire, le explico, acá la hinchada le puso ese nombre a la Tercera, justo hoy juega entre semana.
Papaleo opina y según el culto que profesan todos los pinchas es “muy respetuoso de los jugadores brasileños, bien lo decía Sabella, ‘cualquiera, menos brasileños’, pero ya pasamos a Bragantino, a Fortaleza y ahora vamos por el tercero”.
Sábado 6 de agosto. A 55 años la goleada 3 a 0 a Racing en una final del Metropolitano, el título más excitante por ser el primero desde que al fútbol se juga por plata. “En agosto de 1967 nació una escuela” sentencia “Yeye” Isard en su libro que anda reluciente en una vidriera céntrica, como regalito para cualquier pincha de alma.
En esas horas me encuentro con uno de los subcampeones de ese torneo, Juan Carlos Rulli, residente de Villa Elisa, surgido de Estudiantes, que ese 6 de agosto de 1967 se quedó sin poder jugar, “al igual que Cejas, Perfumo y Basile”, defiende sus porotos. Pero ama a los amigos que le dio el Pincha, entre ellos Juan Ramón Verón, con quien jugaba el picado hasta que se paró todo por la pandemia y una artrosis. El domingo “Rulito”, con sus 85, descansaba viendo por TV el 0 a 0 contra San Lorenzo. “Tuve la suerte de hacer el gol cuando Estudiantes se salvó del descenso en 1961, y la suerte darle el pase a Cárdenas para el gol que hizo campeón mundial a Racing en 1967”.
Detalles para la charla del café, en el Viejo Gasómetro este Pincharrata fue el primero de los clubes que rompió la hegemonía de los llamados “grandes”, y en el Nuevo Gasómetro fue el primero que ganó (el 3 abril de 1994, cabezazo de Adrián Paz y mágica emboquillada de Ruben Capria), a tres semanas de que debutara en Primera un chico de 19 años, Juan Sebastián Verón.
Todavía los micros no habían llegado a La Plata cuando se terminó la pasada fecha 12 de la Liga Profesional.
El poder hipnótico de la TV y las redes nutren la esperanza del pueblo pincha con una “jugada preparada” de una madre, que le hace entrega de un sobre con pasajes y entrada a su criado de 8 años, Juan Sebastián, nacido en Río Grande, Tierra del Fuego. Llorando, acurrucado tiernamente entre sus padres, recibía la noticia de que iba a ver Estudiantes-Paranaense. “Hace dos semanas estuvo de vacaciones en Buenos Aires y la volvió loca a mi señora porque quería conocer el estadio. Me puse en contacto con el club, y gracias a Luis Alvarez Gelves que es el encargado de las filiales, conseguí las entradas y después fui por los pasajes que era lo más difícil. Quería darle la sorpresa cuando estuviéramos en el aeropuerto, pero no aguanté y le dimos la noticia en casa, ese momento que se viralizó cuando mi mujer le mandó el video al diario El Día”, dice el padre, que esta noche sale para el aeropuerto en un vuelo de sueños desde los confines de nuestro país.
Lagrimearon varios, entre ellos el abogado Juan Cancio, uno de los hinchas que fue Inglaterra y cree que “la espera del pibe hasta el jueves me hace acordar la espera desde el día que terminó el partido de ida ante Manchester y el preciso momento que en mi casa mis padres me habilitaron para que pueda viajar a la revancha”.
Lunes 8. “Hace 52 años, nuestra casa recibía el nombre de Jorge Luis Hirschi. Merecido homenaje al jugador y presidente que marcó una época en la institución”, celebra el Club a través de su área de Prensa y regala para los ojos varias fotos del Estadio actual y el anterior.
Martes 9. “Entradas agotadas”, mensaje que cierra definitivamente las chances de aquel que soñaba con una ubicación en el Estadio Nuevo UNO. Pero en el futuro habrá más emociones, porque ese mismo día se confirma que José Ernesto Sosa, con 37 años, vuelve a vestir la camiseta con la que fue campeón en 2006. ¡Cuántos recuerdos se agolpan en los pibes de la ’85, aquellos que no llegaron a vivir de ésta profesión! “Chelo” Fortunato, Manuel “Indio” Solari, Lucas Ochandorena (hace poco fue ayudante de campo en el Santos de Brasil) y Juani “Mencho” Vinaccia (hoy entrenador de divisiones inferiores).
Miércoles 10. “La vida es un viaje largo” sabe decir Roberto Cicora, que hoy llegó a sus 80, un futbolista que jugó en Estudiantes hasta la reserva y entrenó con todos los que fueron campeones intercontinentales cuando él ya estaba en Deportivo Español, siendo campeón de Primera B y subiendo por esa vía al sueño de jugar en Primera. La leyenda del “Narigón” tiene una arista económica, porque fue “en parte del pago” por el crack Bilardo, quien le habría sugerido a los directivos de Español que se la jueguen por Cicora, cuando en Estudiantes habían anotado a otros dos jugadores. “El Huevo” tiene motivos sobrados para agradecer a la vida, de la que disfruta todo, de la naturaleza, de la amistad, de los niños y los nietos. “Un tipo contento”, como dice su hijo menor Federico Cicora, hoy integrante de la camada de nuevos dirigentes pincharratas.
Si queremos una sociedad en su justo equilibrio, no está demás atender un consejo que una vez se escuchó en la vieja casita de El Mondongo: “Cuando tengas que optar entre estudiar y jugar al fútbol, vos estudiá”. Federico se cansó de correr con la 9 en Cuarta y entró a la facultad de Medicina, comenzando ese día una vida de servicio que hoy lo encuentra entre los destacados especialistas en transplante renal.
Se viene el jueves 11, una noche donde la ciudad no va a descansar. La ciudad que (como dijo aquel presidente Mariano Mangano) es “la síntesis de la Capital y el interior”, porque contaba con la dinámica creadora de los porteños y preservaba el estilo provinciano”. Las horas pasan mientras llega la revancha de Cuartos de Final de la Copa Libertadores de América. La cuenta regresiva de los que creen en este mundo paralelo, pero que no deja de ser un partido para quien sabe verlo. Incluyendo a los que no toleran el fútbol porque lo consideran una pérdida de tiempo y de dinero, pero acaso así, como está de exagerado, el fútbol puede ser el perfecto espejo que nos muestra y nos permite conocernos más profundamente en el interior. Un buen psicólogo que atiende mientras la vida nos conduce a mirar qué pasa en los confines de Uno.
Por Gabriel “Colo” López
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