Cuando te quedás en “Pampa y La Vía”
Por Gabriel Alejandro López
No existe la lógica, es un partido de fútbol, es la Copa Argentina, fiesta del pobre, de Excursionistas, que va y se destapa contra Gimnasia que está tres categorías arriba en el escalafón afista.
Cuando uno anda flojo de dinero, hay un dicho que dice “estás en Pampa y La Vía”. Eso es un lugar cercano a Excursionistas, cuando su cancha estaba despoblada, y quedaba ahí la salida del Hipódromo Nacional. Entonces, si el apostador dejó todo y se volvía seco, no tenía otra que hacer dedo porque ni para volver a casa quedaba un cobre… Ese que perdió a los caballos se le decía que quedó en Pampa y La Vía, la dirección de la puerta del circo hípico, para más datos geográficos, entre las canchas de Excursionistas y la de River.
Gimnasia era el candidato, una fija, volvía Miramón y el ritmo de los pibes entusiasmó. Sin embargo, los rivales de Primera C iban a jugar sus fichas: concentración, marca y alguna ofensiva de contra como la que tuvo Ferraro en 7 minutos para el vuelo de Durso.
No sorprende que se vayan 0 a 0 a descansar. Hace diez años que esta Copa sabe de cosas así. Cuando en 2013 el destino puso al Lobo y a Excursionistas, mano a mano en Almagro, aguantaron los capitalinos el empate heroico ante los de Troglio.
Quienes pasamos varias décadas viendo fútbol los sábados, entiendemos que estos equipos rememoran la vergüenza de jugar por los colores, el barrio y una satisfacción que nunca será económica. Son conjuntos que, cuando se unen, no dan lujos pero sí lecciones de coraje. Se me representan un par de jugadores de la zona, que defendieron la de “Excursio”: el guerrero de Gonnet, Juan Marcelo Risso (hijo de Juan Nazareno Risso, ex Gimnasia en los setenta y una Selección Olímpica). Otro luchador de la pierna fuerte era de Altos de San Lorenzo, Carlos Da Ponte, “El Ruso”, a quien lo despedimos más allá de las cosas en la pademia. Uno querido por los de Villa San Carlos y el otro por los de Cambaceres. Ellos saben de Excursionistas más que Gimnasia o Estudiantes…
Tan loco se transformó el mundo, que el hincha se vuelca en forma masiva, como si fuera una final… y son los 32avos. Caravana azul y blanca hacia Florencio Varela, con 35 grados y una humedad espantosa.
Tan especial es jugar esta Copa, que para los muchachos del Bajo salió una camiseta especial, alusiva al rival. Querían imprimir una historia.
Una tarjeta roja al capitán Francisco Abre lo condicionó. Pero los soñadores de Sebastián Rudman (primo de aquel delantero Silvio Rudman, clase 69 de Argentinos) no se achicaron ante ese Lobo que mordía todo lo que podía.
Alan Lescano (ingresado en el entretiempo) en ocho minutos y un par de intervenciones, decretó el 1-0: amague y definición suavecita por arriba de la cabeza de un defensor. El rival semi amateur parecía desmoronarse entre el scorer, la temperatura y los antecedentes: venía de perder por tres goles con Berazategui.
Sobrevuelan los recuerdos del ascenso, de colegas con los que se viajaba en un micro junto al plantel de La Villa, hace treinta años, desde Mauricio Bustos (de El Día), pasando por Luciano Marcelli y Germán Testa (hoy, relator y comentarista de Provincia 1270), hasta Martín Ortíz (el de Bragado, actual comentarista de La Redonda). Y me aparece en la pantalla de la mente un tripero de Berisso, riéndose siempre, dirigente social, bochófilo y ex presidente de Villa San Carlos en el ascenso de 2002, Néstor Fernández. Pensar que llegó a compartir en AFA la Mesa Directiva de la Divisional C, cuando “el capo” de la misma era quien comanda hoy toda la Asociación del Fútbol de los campeones del mundo: Claudio Tapia. Barracas Central, Berazategui, Ituzaingo, Lugano, Colegiales, Berisso, Ensenada… el diccionario de los que vienen de atrás.
Entre tanta distracción, un corner aislado, faltando quince minutos. Le pega muy bien el jugador Villordo y salta para meter frentazo inatajable Barrios (cuando le pica antes al arquero es letal, decía mi viejo), un grito de los barrios, de los suburbios, de un lugar donde René Houseman se fue al cielo siendo ídolo de los “Villeros” del Bajo Belgrano.
Aprender de los golpes… Así vas creciendo. Se notó que le dolió el alma a Gimnasia. Los albiverdes se prendieron a esa llamita de ilusión, la que luego se encenderá en los penales hasta crecer como una fogata. Ahora eran ellos, los desconocidos de la C, que pasan de fase y esperan por el ganador de Unión y Almagro.
Nahuel Cajal, el arquero héroe, cambió de horario laboral en una oficina (trabaja a quince cuadras de la cancha), es hoy un héroe como hace dos meses lo fue el “Dibu” en la Selección. Al menos así lo entienden aquellos que llevan a Excursionistas en sus venas. Porque para ellos, dejar afuera a Gimnasia fue como ganar un Mundial.
Y para Gimnasia, que tenía todo a favor y se quedó sin nada, fue como quedar en “Pampa y La Vía”.
Quedó en la historia otra vez que Excursio elimina al Tripero, como hace diez años, o como en otra ocasión lo dejó afuera Defensores de Belgrano de Ramallo (2017).
Otros golpes para recordar: en 2013, Tristán Suárez (B Metro) a Racin, y Estudiantes de Caseros a River. En 2015 Acassuso (B Metro) a Colón. En 2017 Pacífico de Bahía Blanca (Federal B) a Estudiantes de La Plata. En 2018, los rionegrinos de Sol de Mayo (Federal A) ante Rosario Central. En 2019 el Real Pilar (Primera D) a Vélez, y Estudiantes de San Luis (Federal A) a San Lorenzo. En 2020 Dock Sud (Primera C) a Unión de Santa Fe.
Esta edición viene con más sorpresas que nunca: Centro Español (Primera C) dejó afuera a Tigre y hoy Claypole (Primera D) venció a Newell’s (sin penales).
Para Gimnasia, Chirola y los pibes, esto es simple, pero a la vez duro. Se llama cancha de Barracas Central, lunes, a las 17 horas.