Faltó la plata y sobró el fútbol
Por Gabriel López
Twitter: @cololopez74
Hubo dos partidos que jugó Gimnasia por la decimoséptima fecha. El que empezaron a jugar el plantel y el cuerpo directivo, desde que el Presidente dijo públicamente que “por un delay de días decidieron no concentrar. No coincido con lo que hicieron”. Irónicamente, los bautizó “contadores”. De hecho, fue extraño ver llegar a los futbolistas cada uno desde sus domicilios y no desde el predio de Estancia Chica. Lo hicieron por el portón de 60, como siempre, pero además de la procedencia llamó la atención su indumentaria, que no es la del Club sino la que eligieron por su cuenta, como lo puede hacer un pibe que juega en la Liga Amateur, por decir alguno, en For Ever, club que este 3 de septiembre cumplió 109 años.
Los hinchas no veían la hora de que arranque el juego para ver qué resultado iban a regalarle. Lo cierto es que así, “pendés de un hilo”, frase popular que se repite cuando algo está a punto de arruinarse.
Por allá viene El Lobito, con su disfraz, y de pronto se sube a upa del Topo, como le llaman al que lleva el traje de El Lobo mayor. Según una nota que le hizo Ginasiá, el chico se llama Facundito Morales, pero nada que ver con el defensor. “Saludo a la gente y a los jugadores para que tengan fuerza y también saludo a los árbitros para que cobren para Gimnasia”. El Lobito se encuentra con un grupo de amigos que entran con una bandera, “Cabe, te vamos a extrañar”. Se trata de esos tipos que dejan un recuerdo imborrable, por sus virtudes humanas, Fernando Hernández, quien partio a los 54 años, un ex jugador de basquet tripero, de CEyE y Villa San Carlos.
Se medían dos que tienen próximas fechas electorales. Los 52.000 socios del Rojo votarán en octubre; y el padrón habilitado para Gimnasia se espera para noviembre. Dos clubes típicos del fútbol argentino, con sus embrollos económicos.
Leandro Fernández, el “9” de Independiente, sacó un tremendo bombazo y le saca una sonrisa al DT Falcioni. Están los visitantes 1 a 0, y algún veterano que lo vio por TV se habrá acordado de uno de esos cañonazos que sacaba Conigliaro, delantero que se inició en el Diablo y consagrado en el Pincha de la mano de Zubeldía. La pelota entró en el arco de la facultad, “doctorando” al joven en la pericia del remate seco.
No había pasado el primer cuarto de hora. Se miran en plateas, palcos y tablones, se pende de un hilo, y para encontrar el origen de ese dicho, hay quienes dicen que salió de la mitología griega, cuando “las Parcas, divinidades infernales, eran tres hermanas que hilaban y cortaban el hilo de la vida del hombre”. Parecía que se cortaba la alegría y la racha de 9 sin perder del local en su Estadio.
“Colorado, es importante laburar en el fútbol”, me enseñaba Federico Bulos; eramos jóvenes y en el tren Roca íbamos a estudiar Periodismo Deportivo, en las aulas de Niembro y Araujo. Ese mismo Bulos, un amigo que me regaló la vida, gritará bajo el hormigón de esa platea el empate del benjamín más Benjamín del fútbol argentino, Domínquez, quien jugaba su segundo partido como titular. “Benja, Benja, Benja, inolvidable remate”, sentí el fondo de su relato en formato TV, más conciso, pero siempre alegre como ha sido siempre el “Negro”. A su lado, Gustavo López anticipó lo que puede ser ese atómico tiro de afuera del área: “Va a ser uno de los mejores goles de la fecha”. Soñaba con ser parte de lo que hoy es, uno de los grandes relatores del fútbol de primera división.
El niño de la camiseta 44, cual duende salido de un cuento infantil, tenía sus ojos con perlas que saben a lágrimas. Iban 33 minutos.
Gimnasia no quería perder el tren del campeonato 2022. Recuerdo el formidable Clausura 1996 cuando se jugó un Gimnasia-Independiente que significó la siguiente visita del “verdugo” de Avellaneda a La Plata tras aquel triunfo que le cortó el sueño más bello que un tripero pudo tejer en su largo historial. El Rojo ese día ganaba 1-0 en cinco minutos con gol de Calderón y diez minutos después lo empató Marcico. Y lo terminó ganando 3 a 2, una tarde que Guillermo Barros Schelotto se sacó la camisetay se la entregó al técnico visitante Gregorio Pérez, quien lo había puesto en su debut. Algo parecido va a pasar esta vez.
Del golazo de Benjamín Domínguez hablan todos y en Radio Revolución (única Radio del Planeta confesa gimnasista), recuerdan un gol parecido de Licht, ante Lanús, en el mismo arco y después de un corner que salió de la misma punta derecha, donde Lucas la calzó con “un revés de aire”.
Segundo tiempo. Hay un partido intenso, pero en el aire se presiente un Lobo Feroz. El tiro libre es para Gimnasia. Partirá el balón como un cohete desde la zurda de Brahian Aleman, que está a un metro de Gorosito, con sobre todo y unas ganas de pegarle él también, como cuando era el 10. La pelota toma una comba y un cabezazo de Leo Morales, saltando limpiamente, como un gigante, decretó el 2 a 1. La cámara ahora enfoca a la vieja platea techada donde está visiblemente enocionado José Enrique Sastre, hincha tripero y uruguayo.
Alberto Raimundi, el relator-fana, con su tono radiofónico a lo “yorugua”, se dan aliento con el comentarista… “Vamos, vamos Gimnasia que necesitábamos salir de los empates”, aúllan en el dial de 98.9 o por internet en el www.revolucion989.com.ar. “¿Y si ahora no concentran nunca más?”, tiraron desde la ironía en un momento de la transmisión.
Del otro lado, en locosxporelrojo buscan las claves de una derrota del Rey de Copas: “Golpeado institucionalmente y anímicamente no logra mantener las ventajas en los partidos y se desmorona cuando recibe un gol. No gana hace 6 fechas, se hunde en el fondo de la tabla y comienza a preocuparse por los promedios”.
La tranquilidad al alma Tripera llegaría con el tercero. Una recuperación de pelota titánica. Como diría Morales a los micrófonos de la prensa, “demostramos hombría, nuestro trabajo es meter y correr”. Ese esfuerzo que lleva a quitar la pelota (a lo “Chapa” Zapata, aquel medio de River, hoy asistente técnico albiazul) y a tratarla bien (como “Pipo” Gorosito, el conductor mensana)
Así nació un contraataque sobre el lateral de la Platea Basile y terminó en un centro donde el arquero salió con dudas, todas las que no tuvo Nicolás Contín en un instante de los goleadores tipo “Tanque”. El arquero uruguayo sintió que perdía más que el partido, ya que en la previa apostaba a tener una actuación personal, como para ganarse la convocatoria al Mundial de Qatar en la lista de buena fe del seleccionado de su país. Sebastián Sosa —tal su nombre— bien decía: “Hace unos meses había estampitas de San Sosa, y ahora hay disgustos de un sector particular de los hinchas, como en cualquier trabajo, y cualquier persona, no somos ajenos a los altibajos”.
Lo cierto es que las declaraciones de Pellegrino fueron calientes, pero una mano de los mismos jugadores sacaron las brasas cuando, “pendiendo de un hilo”, varios parecían quemarse…
El circo romano cierra sus puertas. Vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas… Allá asoma la primavera de Gimnasia, que sabe a hierba y a los brotes de un árbol que abriga en el Bosque. Es el fútbol milenario, que desde hace décadas y décadas, cuando se gana despeja dudas, malentendidos o frases hirientes que bien podrían quedar en el pasado por un momento de calentura.