Sangre Pincha cruzada con la uruguaya

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Por alguna ignota razón, hace cien años, cuando el fútbol era un hecho incipiente, el Uruguay se convirtió en la máxima potencia mundial. A sus pies, rendidos, cayeron europeos y sudamericanos. Ganaron dos Juegos Olímpicos (París 1924 y Amsterdam 1928) y, de yapa, el más pequeño de los países de la América del Sur, organizará el primer Mundial de 1930.
Por otras razones, en La Plata, le llaman mística a un club que por la combinación de factores ligados al trabajo y al espíritu de bravura de unos jugadores de la década del sesenta, lograron romper la hegemonía de los llamados clubes grandes en la Argentina. Y conquistaron América y el mundo.
Domingo 28 de agosto. Las luces del estadio UNO ya están encendidas como para ver un arranque fulmíneo a los 7 minutos, cuando Manuel Castro, el uruguayo de Durazno —nacido en  1995—, recibió un pase de su compatriota Mauro Mendez, el uruguayo de Salto —categoría 1999— para que la pelota infle la red del arco de la calle 57. Estudiantes 1 Patronato 0. Así se escribió el resultado que quedará en los archivos, de un momento donde la resiliencia (en psicología, se le llama así a aquello que evitan ver las crisis como problemas insuperables). Lo de la Copa Libertadores prometía arrasar con el humor y tambalearon hasta las ganas del DT que había presentado la renuncia. La Comisión Directiva no se la aceptó.

Debe saber de resiliencia también el “Colo” Sava, entrenador del equipo que vino a La Plata, vestido de atuendo azul, y con una racha de 5 partidos sin perder en la Liga y un triunfo por Copa Argentina este mismo mes que dejaba fuera de la competencia a Gimnasia.
El “Manu”, charrúa, futbolista de envase chico, tiene el segundo pero la bolea pasa cerca. La mató de pechito y le dio “tres dedos” combado. Para tener en cuenta, porque en el segundo tiempo la volverá a dominar de pecho y sacar un centro-gol que Boselli concreta pero el VAR le anula.
Antes de que se vaya el primer tiempo, la efeméride no es menor: un 28 de agosto, en el mismo arco donde acaba de convertir el Pincha, hizo el último gol en la vieja cancha José Luis Calderón, en una jugada que arrancó por 115 con Pavone y la definió casi adentro mismo del arco el potente goleador. Pasaron 17 años.

28 de agosto de 2005. José Sosa (izquierda), la tarde en que se jugó por última vez en el viejo estadio. Fue 1 a 0, gol de Calderón

Arranca el segundo tiempo. Vendrán momentos para aplaudir y agradecer. Se persignó José Sosa y entró en el minuto 57, iniciando su tercera etapa en la institución, camiseta 15, y convertido en el primer futbolista que juega oficialmente en los dos estadios “Jorge L. Hirschi”. La calidad del “Principito” la registró una cuenta de Twitter que da para seguir, @Estudionalytics: Sosita en 31 minutos hizo 23 pases precisos; 4/4 pases largos completos (100%); 2 pases clave para generar peligro; 5/8 duelos ganados; 2 intercepciones. Otra cuenta, @DatazoPincha, regala un dato fenomenal: “Tres jugadores (Andújar, Piatti, Sosa) compartiendo plantel con 16 años de diferencia, de 2006 a 2022. Tiene que ser histórico…”
Volviendo al aroma rioplatense, falta hablar de Agustín Rogel, el uruguayo de Montevideo —clase 1997—, símbolo de la defensa, con los más altos valores de los jugadores uruguayos: fe, entrega, coraje, empuje. Jugó su último partido con la albirroja. Si bien el contrato concluía en diciembre, los alemanes del Hertha pagaron 700.000 dólares por la recisión, y “beneficio para ambas partes” tal como consideró el jugador de 1,90 y 84 kilos.

“Pastelito”, como le bautizaron al fuerte defensor Agustín Rogel, quien se va a jugar a la Bundesliga

“Se va un hijo adoptivo de la casa. Se lleva tatuada a fuego la roja y blanca. Exitos, Agus! Hasta la vuelta”, escribió Martín Gorostegui (Presidente de Estudiantes) en la red social del pajarito donde figura como @Mgoroste. Allí se presenta como “Receptor renal, y por supuesto donante”. Estudiantes y  el Instituto de Hemoterapia de la Provincia de Buenos Aires y el presidente del CUCAIBA firmaron un acuerdo el pasado 1 de junio de 2022, convirtiéndose en el primer “Club Donante” (sangre, órganos y tejidos), sumándose a los Municipios. Este 29 de agosto es “Día de la Persona Donante”, declarado así por el Congreso de la Nación durante los primeros meses de la pandemia. Cuando se habla de la vida, resurge el lema de “rivales, pero no enemigos”. La ciudad de La Plata es referente en la donación de sangre, ya que cuenta con uno de los Centros Regionales de Hemoterapia más importantes del país y sus dos instituciones tienen su calendario marcado por las ya tradicionales colectas. Gimnasia fue pionero y Estudiantes es el primer Donante.

Hace tres meses, Estudiantes se transformó en el primer Club Donante, sumándose al trabajo de los Municipios de la Provincia

Mientras tanto, el fútbol continúa y cuando al partido le quedaban apenas 10 minutos, una pelota  explotó en el travesaño, cuando ya Andújar hacía vista…
Fue final y para la estadística van dos triunfos en fila, fruto de las fuerzas renovadas, de la resiliencia tras la eliminación del equipo en la Copa. En las posiciones Estudiantes está a 10 puntos del líder Atlético Tucumán. En la otra tabla, la acumulada para ingresar a un torneo Internacional, suma 50 y le pisa los talones al Lobo (el último clasificado) que tiene 54. Apasionante tramo final.
Cierta vez, la revista El Gráfico (22/11/1983) le preguntó al “Zurdo” Lopez (jugador de Estudiantes en los sesenta y entonces técnico de Boca).
-¿Vos te olvidás de vivir por el fútbol, como lo hizo Zubeldía o como lo hace Bilardo?
-Sí…. Pero, ¿qué es vivir? La vida son los seres que uno quiere y el fútbol. Entre los seres que uno quiere está la familia, la amistad, el afecto por la gente y las cosas.

Así es. La vida son esos seres, algunos de ellos jugadores de fútbol, que gozan de reconocimiento y algunos hinchas, incluso sin haberlos conocido en persona, los incorporan como parte de sus afectos. En esa clase de jugadores están los uruguayos, ese Manuel Castro, que decretó la victoria contra Patronato, y ese Rogel que se va con futuro de Selección, en su país, el Uruguay. Esa porción pequeña y grande que sabe nutrir de ídolos que cruzan el charco.

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