Por Gabriel López
@cololopez74

Sentados a la mesa, bebiendo la nostalgia
Amigos de la infancia, tenemos que brindar
Volvamos a la esquina, sus calles, sus veredas
faroles que iluminan, la rambla, el diagonal.

La música sale del celular y no de la vitrola. Es un video más que archivará el celular, pero para este escriba es pieza sagrada de tango que envía Alfredo Barr, un hincha tripero que la compuso junto al corazón de un pincha, Roberto Cicora, primos hermanos, que saben dejar de lado los colores cuando cada 23 de agosto se celebra El Día Internacional del Barrio El Mondongo.

Ese pedazo de ciudad que es el patio del predio que tiene Gimnasia, que anoche recibió a Aldosivi y bancó con suplentes el 0 a 0. Todo depende de cómo lo mire, es igual que en la vida. Uno prefiere el vaso medio lleno, 9 sin perder en condición de local, sigue segundo, entrando por ahora a la mítica Copa Libertadores. Y con la fidelidad única de su gente que copa los cuatro costados un martes a las 21.30. Realmente la olla está caliente y reaparecen en la memoria Griguol, sus duendes de un Bosque donde se pelean cosas serias. Allá por el ’95 no sobraba nada y la prensa (con Adrián Paenza en una de las viejas cabinas) los bautizó “Los Caballeros de la Angustia”. Ahora, la cosa no cambia demasiado.
Y por eso desde la platea Néstor Basile (poeta, periodista y político de raza que encolumnaba a la masa gimnasista con ideales) tiene a Gorosito haciéndole señas inconfundibles a los chicos, “jueguen, jueguen”. Parecía que los muchachos estaban apurados y corrían a lo loco olvidándose del primordial juego asociado. ¡Falta un Diego Bayo! Mirá si pudiera volver la cinta de la vida atrás y el 10 del Lobo del ’62 podría jugar un rato.
-¿Qué sabes de Paco?
-Lo tuvo a mal traer el coronavirus, pero ya salió adelante. Se cuida. Siempre lo invitan a una platea, pero la que pasó hace poco no fue sencilla.

Goool de Atlético Tucumán. “El Polaco Menendez hizo un golazo de chilena” cuenta por la radio Gonzalo Del Rivero, sin el “pip” con que anunciaba en sus tiempos el Topo Del Rivero, su viejo. Dos partidos a la misma hora, el puntero y el escolta tripero. Ahora se despegan un poco los norteños, 32 a 29. Para los dos, estas campañas saben a “manjar del pobre”, a un “mimo al alma”.

Pero un mimo de verdad es la canción que le hicieron a El Mondongo y que se reenviaron a varios grupos por ser 23 de agosto, “fecha que nació de una reunión con comida en la sede de For Ever, llena de bote a bote, y como recibimos el telegrama del Bocha Aguilera y de Cusa Orife, que viven en el exterior, ese día dije ‘muchachos, esto no es más el Día del Barrio El Mondongo, sino el Día internacional”, acotó Alfredo Barr, hijo de un alemán que se vino por la guerra, pero antes, allá vio jugar a Gimnasia en un partido bajo la nieve. “Me enamoré de esa camiseta en mi país, y lo bien que jugaban”, le solía recalcar el padre con la añoranza del inmigrante, la de un alemán que trajeron los barcos y que adoptó El Mondongo.

El primer tiempo tuvo un “aullido” de lamentos cuando en el minuto 36 se escapó por la punta Benjamín Domínguez y en el centro rasante Soldano la calzó demasiado abajo y se le fue arriba del larguero por unos centímetros. Ese chico de la “44” tiene espíritu de la Liga Amateur, de Comunidad Rural de Los Hornos, siguiendo los pasos del “Toscanito” Roselli, aquel wing nacido en 16 y 72 y de casado formando parte de El Mondongo. “Vos pensá que acá en nuestra barriada vivieron Arturo Naón y José María Minella, dos de los campeones del 29″, saca de su memoria Alfredo. Minella, sí, el mismo que lleva el Estadio de Mar del Plata. Y el Torito Naón, como el nombre que lleva la Filial que tenemos en Mar del Plata.

Revista de hace 90 años. José María Minella encabeza la salida del primer equipo de Gimnasia. Nacía el fútbol profesional.

Voy a tirar un bocado antes de que vuelvan para el segundo tiempo. Barr anda enojado con el VAR, como tantos otros, sin poder salir del propio asombro por la forma en que nos predisponemos a gritar un gol. Tampoco le gusta la bronca que hay en las canciones de las hinchadas… Pero bueno, es tema de la educación del país. “Antes se terminaba en el boliche con alguna estupidez que decías”.

Segundo tiempo. Aldosivi labura para sacar ese punto que lo acerque a los santiagueños, tal la lucha de los obreros que sobreviven a la “elite”. En esta tabla Patronato va último con 93; Aldosivi 98; Central Córdoba 101…
Atlético Tucumán ya está 2 a 0. Pero la gente no parece darle bola a eso, sino a lo que pasa in situ o por TV o lo que dicen por la radio. “Tiro libre para Gimnasia”, dice Lucho Marcelli en la radio pública y se manda un prólogo. “Si usted es de Gimnasia, hágame caso, pídale a los que están en casa que hagan silencio y si va en el auto súbale el volumen a la radio…” ¡Qué me vienen con los suspensos de Hitcock!
Pero el tercer tiro libre de Matías Miranda no es certero sobre el arco de la avenida 60. Pegó en la barrera. Al pibe le falta para poder dibujarla como Bayo, como Merlini o como Gorosito… Siendo las 23 y monedas ya hay quienes imaginan una de muzzarella en “Bachi”, que siempre está abierto hasta tarde.
Pero habrá más sufrimiento, Leandro Maciel, del visitante, quiere definir pero le sacan la pelota cuando muchos pensaron que era derrota. ¿Quién salvó? Leo Morales, que cada día juega mejor.
Hay una suerte de protección sobre el arco mens sana con Rodrigo Rey, que la última vez que la buscó adentro fue en la cuarta fecha (se lo hizo Copetti, de Racing, el único gol que le anotaron en casa durante este torneo de la Liga Profesional). Además, el equipo sigue invicto como “locatario”, aunque la racha de lesionados sigue a la orden del día: afuera Colazo, adentro Muro.

Tomás Martínez, ex River, quiso meter el batacazo en el Bosque

El relator se conmueve al describir en el final que “una marea de gargantas agitan las cuerdas vocales”, pero ponerle palabras es en vano, es un éxtasis, un ritual espiritual, una misa con cánticos que abrazan con el “Dale Dale Dale Looo… Y dale dale dale Looo…” No hacía frío ahí, qué iba a hacer.

Y los tipos y las tipas cantan por amor, sabiendo que los futbolistas de ahora tiene tantas comodidades y no es lo mismo que antaño. “Porque antes la guita no era lo primordial, a veces le daban un laburo y jugaban por eso o para salvarse del servicio militar, mirá lo que te digo”, me dice Alfredo, que sigue pasando lista en el día del cumpleaños del barrio que decretaron los vecinos. Acá vivieron Evaristo Delovo, Manuel “El Negro” Miranda, Angel “El Pocho” Schadlein (el que mas lejos llegó), incluso de acá de El Mondongo salieron figuras con la camiseta a rayitas roja y blanca, El Mocho Viola o El Huevo Cicora.

Umbrales del recuerdo, malvones y glisinas
Carloncho, la comparsa, se viene el carnaval.
Los barrio contra barrio, la líder, los picones
bordeando los cordones, cadenas de amistad.
Mondongo hay uno solo, te quiero con el alma
No hay barrio en este mundo, que te pueda igualar
La barra está presente, alcemos nuestras copas
Brindemos nuevamente, por los que ya no están

El partido ya fue, pero la música vuelve a la mente y me saca de paseo por las calles. La platea Basile ya empieza a ponerse a oscuras y la medianoche nos invita a la nostalgia. Basile, ese apellido que es puro barrio y de El Mondongo. Fue don Francisco Basile (abuelo de quien le da nombre a esa tribuna) un viejo y recordado dirigente de For Ever que asumió en la Comisión Directiva en 1922 (hace 100 años) y que llegará a ser gerente de la Liga Amateur Platense; fue él, porque el archivo me respalda, quien contó en una nota al periodista Horacio Ferretti (del diario El Argentino) que cierta noche de verano, en la esquina de 62 y 116, varios muchachos, entre otros Miguel Galeano, el director de una gran comparsa carnavalesca denominada “Los Amantes al Engrupo”, que haciendo uno de sus típicos chistes graciosos con los que había adquirido mucha fama en la ciudad, observó que la mayoría de los vecinos eran muy obesos y lo manifestó a sus compañeros esa noche, “a este barrio se le debe llamar El Mondongo”, ocurrencia que fue muy festejada y totalmente aceptada por los presentes. Esa misma noche consiguieron una escalera alta y con un poco de alquitrán y una gruesa brocha escribieron “Barrio El Mondongo Año 1919”.
Algunos vecinos han querido borrar la denominación en razón de la evolución que ha tenido ese sector de la ciudad en cuanto a progreso se refiere, habiéndose propuesto los nombres de Zona Este y Barrio de La Facultad.

Disculpen si el análisis del empate no colma la expectativa del futbolero que gusta de tácticas o de variantes posicionales. La fiesta del fútbol debe reivindicarse con todos sus condimentos, los que viven en la memoria, en la amistad. Había en este escriba un sentimiento que no condice con el 0 a 0, ni se relaciona a una tabla de posiciones. Salud, Mondongueros, el barrio que entre los triperos tiene más porcentajes de triperos que en ningún otro lado.

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