La Casa de los Espíritus se preparó para el 11
Cuando tenía solo dieciocho años le preguntaron a Juan Sebastián Verón cuál era su película favorita. “La Casa de los Espíritus”, respondió con una sonrisa al periodista de una revista. El sueño Pincha entonces tenía una meta, ganar aquel Nacional B, que por lo general se jugaba los sábados.
Este sábado de julio propuso Estudiantes-Banfield, el ritual suburbano en que la ciudad es un torrente de voces. Amaneció soleado y este periodista se encuentra en un llamado con Miguel Ignomiriello (el DT de “La Tercera que Mata”, aquel equipo que dirigía en 1965 y que Bilardo –nuevito en La Plata- confundió con el nombre de una película). El histórico formador de jugadores me recibe con un refrán, “donde entra el sol… no entra el médico”, sabiondo, a sus 95 años.
Por el codo de 115 y 57, donde se ha montado una nueva tribuna, un centenar de infantes ingresan en pequeños grupos, como en una excursión escolar, bien organizada, con el obsequio de una gaseosa, un turrón y golosinas; suben esas gradas de un día que se fijará en su alma, su ser, su espíritu. Recuerdo la colonia que se conocía como los “Sábados Felices” y se entrecruzan las infancias con éste lema de “Las y los pibes a la cancha”, tal se denomina uno de los programas que articula el Club Estudiantes con su propia Fundación, una rama robusta que está destinada a pequeños y a la vez grandes acontecimientos sociales. En este partido de la fecha 11 llegaron a contar “1.000 visitas” desde aquellos primeros grupos que recibieron: esta vez fueron a ver fútbol de la Liga Profesional un un merendero de 152 entre 57 y 58, el espacio vecinal “Las Casitas” del barrio hornense Las Palmeras y la Escuelita de Fútbol de la Filial Miguel Angel Lauri de Berisso. “En la Fundación tratamos de transmitir los valores que nos dejó el club”, sintetiza el doctor Federico Cicora, que a sus 50 abriles y luego una crianza roja y blanca (jugó al fútbol, al tenis y participó de las colonias de verano) asume el rol de dirigente con satisfacción. El trabajo que lidera cuenta con apoyo de la masa de socios, hinchas y deportistas con una fuerte identificación con la solidaridad en problemáticas del común de la gente. La Fundación pincharrata se despierta para “cumplir sueños”, como lo pensaron sus integrantes, dándole una caricia al que más dificultades ha atravesado en la vida. Recientemente, una abuela de 98 años pudo ver un partido por primera vez, atendiendo la carta que escribió una nieta al correo electrónico fundación@estudiantesdelaplata.com
Y se largó el fútbol, con la pelota sobre “la alfombra híbrida”, que al tacto ofrece la misma sensación del “verde césped” (el natural).
-¿Cómo se llama el 5 de ellos? Alejandro Cabrera, qué jugador el “Colorado”. El rival juega, no será sencillo. “Vaaamooo’… vaaamooo’ Pincharraaataaa, que esta nocheee, tenemos que ganaaar”, bailan los de 57 pareciendo salir de sus cuerpos. Habría que avisarles si pueden cambiar una parte de la canzoneta, porque el cielo tiene una tonalidad celeste algo esfumado, ya que todavía es la tarde, muchachos! Pero no escuchan y cantan más fuerte después que el arquero del “Taladro” sacó un zurdazo de Piatti, crack, con el linaje de rebelde que trae desde 2006 cuando fue pichón y de los campeones con Simeone. ¿Quién recomendó al Cholo para ser DT? Ahjá, ese que está de pie en el banco visitante, Claudio Vivas, quien una vez confesó: “Yo se lo recomendé a Julio Alegre” (recordado presidente 2002-2005).
Un tiro en el poste, dice que en la Casa de los Espiritus, a veces Andújar saca la pelota con el poder de su mente.
Cuando vuelven para jugar el segundo tiempo, entrará un debutante, Mendez. El vestuarista de la radio pública, Manuel Elicabe, descontractura con un chascarrillo: “¿Saben cómo le dicen…? “Confite” (explicó rapidito que las iniciales del nombre Mauro Mendez son las de su marca de chocolates preferidos en la adolescente, “M & M” (silencio de radio, pocos aprobaron el bocado del siempre creativo colega).
En La Casa de los Espíritus hay hinchas divinos, firmes, inquebrantables, de los que da gusto pararse a escuchar, como Carlos Martinaschi, clase ’41, orgulloso de su hijo Guido (referente del Museo albirrojo). Llevan 40 años de cancha juntos y hace poco nació un amor muy grande, más que UNO, al venir el nieto varón. Para cuando vea en el futuro esta nota, le vamos contando que ese abuelo allá por 1967 buscaba recibirse de odontólogo, en Capital, y una tarde noche, día de semana, caminó desde la facultad hasta el estadio de Boca para presenciar uno de los mejores partidos de la historia, el 4-3 de Estudiantes a Platense que metía a media ciudad en la primera final de la era profesional. ¡Y se volvió en camión, con otro grupo de hinchas enloquecidos!
Uno de los secretos de La Casa de los Espíritus promete no develarse para no avivar rivales, pero desde que se construyó tiene una pendiente de 70 centímetros, una bajada de la calle 1, y eso lo supieron aprovechar en los segundos tiempos todos los capitanes que ganaron el sorteo. Las razones se encontrarían en 1907 cuando se consiguió este terreno donde había un Velódromo en cierta decadencia y a los dirigentes de entonces (entre ellos Hirschi) no le fue tarea fácil desmontar, rellenar, nivelar y aplanar los virajes de aquella pista.
No se sabe desde que está el Nuevo UNO si esa “ventajita” continúa, pero ahora “El Loco” Díaz se pierde el gol, cuando en la línea del arco la despeja Coronel.
Banfield tiene un “león” en el fondo, Dylan Gissi, el hijo suizo que trajo al mundo Oscar Gissi, ex jugador Pincha. “Ese chico debutó en 2011 en Estudiantes, y fue Sabella el que mandó a firmar contrato. Mirá si apuntaba bien el querido Pachorra”. Ya tiene 31 pirulos el férreo defensa Gissi.
¿Qué tal el uruguayo Mauro Mendez, 23 años, ex Wanderers, un metro ochenta de altura? Por ahora no alcanzan 45 minutos. ¿A ver los Mendez del diccionario albirrojo…? Adriano Tomás Custodio Mendez, el caboverdeano, negrito mágico; Jorge Alberto Battaglia Mendez, arquero paraguayo que fue al Mundial de México ’86. Hay otro que vino de Deportivo Morón y metió tres goles en 1994, Alejandro Julián Mendez, ¿se acuerdan del “Cabezón”? (en aquel Nacional jugó hasta la fecha 11 y luego perdió terreno con otros refuerzos).
Minuto 39 y Mariano Andujar, que está en su día de cumple 39, se agranda como tantas veces. “Qué pelotita que sacó. Ya vengo diciendo hace tiempo que está en el podio de los mejores del fútbol argentino” afirma el hincha Mario Malvestiti, desde la cabecera de 57, hombre que desde ayer dejó de ser el coordinador de las selecciones de la Liga Amateur.
Fin. De un partido “con más lengua afuera que fútbol, y se activó el modo Libertadores”, anunció Elicabe en su resumen radiofónico. Abajo, la TV corre a buscar a Alejandro Cabrera, el cordobés de 19 años, comprado a Estudiantes de Río Cuarto. Figura del club de los pagos de un ex presidente de la República, que fue clave en la construcción del Estadio Unico. Adivina adivinador.
-Colo, ¿que análisis haces?
-Partido muy duro, complicado, una cancha difícil, un rival que está en 4tos de la Libertadores.
El Colo Cabrera se estaba refiriendo a La Casa de los Espíritus, claro, contando “ese palo” que salvó al Pincha en el primer tiempo. El empate quedó bien, 0 a 0, el que marcó la pantalla LED de 12 metros de ancho por 6 de alto.
A otra cosa… Me voy pensando que el fútbol cambió como la vida, que ya no aparece un Patricio Hernández, capaz de parar la pelota y amasarla. Ojalá que el zurdito Benjamín Rollheriser se le parezca, un 50%. Una anécdota de 1974, el día que Patricio debutó y fue acá ante Banfield, pero rodeado de los tablones. Dicen que le “robó” un tiro libre a Pachamé y un joven DT Bilardo casi se lo come, así como se come de rico en 1 y 56, donde antes había alambrado, molinetes y ahora es un palacio, un Bar Temático, desde donde se puede ver el partido como en contextos europeos. Ahí donde donde el viernes se hizo una cata de vinos con otra experiencia (para mayores de 18 años) que propone la Fundación (desde ya les advierto a los internautas, amigos de las redes sociales, que a través del “Instagram” de edelpfundacion se realizan sorteos y para la degustación de los vinos hubo 30 afortunados que se sumaron sin cargo).
Se terminó la fecha once. También el partido fue una especie de “cata” fue también este match donde se probó lo mejor del equipo, y serán los mismos que, salvo retoques mínimos, el próximo jueves 4 se la jugarán por el partido de ida en Curitiba, Brasil. Después, a esperar el jueves 11 de agosto, cuando el “fuchibol” de Atlético Paranaense tenga que conocer el estadio Pincha. Sí, día 11, la revancha va a estar casi terminando a medianoche, la hora de las brujas y en La Casa de los Espíritus.
Por Gabriel “Colo” López