Con aquella fórmula de Gorosito y el Beto Acosta… (perdón, de Aleman y Sosa Acosta)
Agenda de la semana que se fue… Lunes y viernes, en los extremos, jugó Gimnasia y pegó un salto ornamental desde el trampolín para ser el único puntero. Decía el poeta francés Víctor Hugo, “la verdadera gloria no es vencer, sino convencer”. Para mí, esto último lo tuvo ante Racing y un poco menos ante Rosario.
Acomodemos los tantos: 20 de junio, Local con Racing, 3-1, superior al último subcampeón del fútbol argentino; 24 de junio, Visitante en Rosario Central, 1-0. Parece que con el inicio del invierno (la posición del sol en el que la tierra recibe menos luz), hay buenas cosechas de una siembra que lleva 36 jornadas con este cuerpo técnico (18 G, 10 E y 8 P; 64 puntos sobre 108 posibles).
Condimento para la olla en ebullición de la previa en ese Estadio. Hablo de los DT, los señores que tomaron cada vez más dimensión. Muy pocos saben quién fue el técnico de la Selección que intervino en el primer mundial, “entrenador”, como se lo llamaba entonces (13 al 30 de julio de 1930). Ese fulano era José Tramutola, era maestro de escuela y además contaba con el título de profesor de Educación Física. Por eso lo llamaron los dirigentes, ya que en lo referente a qué hacer dentro del campo era tarea privada y exclusiva del “señor capitán”. Pero hoy los hinchas confían más en el DT que en el equipo, y los siguen subiendo a pedestales (o ben los bajan con suma facilidad y rapidez, según las normas vigentes del exitismo).
Esto viene a colación de una frase que la prensa idiotizada por la polémica toma para calentar los ánimos: “No juega más, ahora dirige”, se extrajo de las declaraciones de Néstor Gorosito sobre Carlos Tevez, quien acaba de debutar como “coach”. Dijeron que “Pipo” ninguneó al “Apache”. Y lo que uno dice, muchos replican sin ponerse a pensar. De hecho, a la hora de la salida de los equipos a la cancha, no se rescata hoy el abrazo entre colegas. “Como cuando jugábamos a la pelota”, apens se alcanzó a oír la voz de Gorosito. Está claro que vende lo malo, y lo bueno se suele dejar de lado.
Vamos a un curioso año 2001, Pipo se retiraba –en Chile- y Tevez recién debutaba -en Boca-. Veinte años se llevan, uno clase ’64 y otro del ’84. Dos tipos que llevaron el cartel de “estrella” y nunca se la creyeron.
El partido de ida y vuelta, vertiginoso, entretenido. El “anaranjado” Rey con sus antenas muy atento a los remates constantes del local. El equipo se parecía al estilo de Tevez jugador, ofensivo, entregado a la camiseta, empujado por el clima de la cancha rebalsada.
En el segundo tiempo empieza a crecer el Lobo, “administrador” de los tiempos y de las energías, como lo hacía Gorosito de pantalón cortito. Minuto 78 en el estadio del Mundial 78. La pelota llega al uruguayo Brahian Aleman y con “el guante” de su pie zurdo la manda para el paraguayo Ramón Sosa, que como una gacela (con guantes negros en sus manos) resuelve en fracción de segundos, cruzándola lejos del alcance del cuidapalos. Por la resolución, Aleman me recordó un pase magistral de Gorosito para el Beto Acosta, una dupla infalible del ataque sanlorencista en los años 90… Cosa loca, el segundo apellido de Sosa es Acosta…
A kilómetros de distancia, media ciudad se contenta con este triunfo que engorda la racha (ganó 8 de los últimos 10 si se contabiliza el anterior torneo y la Copa Argentina). El Lobo está mira a todos desde arriba, como en un viaje sereno de un “drone”. Recién jornada 5 de 27. Y los hinchunes de la azul y blanca que ya empiezan a no poder dormir por la campaña. Un desvelado me recuerda todavía aquel partido en Rosario Central cuando el “Topo” Sanguinetti le desvió la pelota a Yorno y el empate dejaba transitoriamente a Gimnasia en soledad, queriéndose comer el Clausura ’95. Fue el domingo 28 de mayo, con 15 mil tripas que volvían sacando cuentas, “un punto debajo de San Lorenzo”, que le ganó 3-1 a Talleres. Después de Rosario vinieron 3 triunfos sucesivos y pasó el equipo a quedar a nada de hacer historia, en aquel último partido con un punto arriba (hoy se cumplen 27 años y yo estuve en el palco de prensa, al lado de “Ronco” Basile y de “Tatatá” Morales). Epoca más artesanal que ésta, cuando el DT Griguol canjeaba 3 mil kilos de semillas para Abasto y ropa para juveniles, por aparecer en su gorrita algún sponsor.
Otra linda victoria en el “Gigante” y más contundente fue la tarde noche del 24 de septiembre de 2005, cuando el uruguayo Vargas metió 3 goles en seis minutos y el Mensana lograba la victoria después de 16 años sin ganar en el Gigante de Arroyito (en tiempos de Garisto, con aquel gol de Carlos Javier Odriozola, 1-0, miércoles 30 de noviembre de 1988).
Un relator rosarino, tan apasionado como tantos de aquella ciudad, narra al aire “van 39 de la complementaria, acomoda la pelota Melluso y dice ‘picá Pedrazzi’… A Pedrazzi, que hace como 38 años que no juega”.
Allá en Santa Fe, precisamente en la ciudad de Reconquista (a 503 kilómetros por ruta) está hoy Gabriel Pedrazzi junto a Ricardo Kuzemka (símbolos triperos del Ascenso a Primera en 1984). Dirigen al Club Platense Porvenir, comandando un proyecto integral que abarca cinco planteles (de Primera, Reserva, Cuarta, Quinta y Sexta). En ese club está el sello de un ídolo mundial, el ex rey del área, Gabriel Batistuta, pero además el pueblo tiene otros orgullos: Angel Comizzo, Sponton, Mancuello y aquel otro gimnasista que hace 38 ganaba el Octogonal “de la mano de Nito Veiga“, el Quique Molina.
Terminó el partido, “clinck caja” para los resultadistas a ultranza, y estado de “buenaventuranza” para quienes miran en perspectiva, porque el juego de este equipo no se resintió pese al mal de ausencias (Tarragona y Carbonero).
Gimnasia tiene el gustito del primer puesto en la tabla, que siempre marea a quien no esté bien de la cabeza. No es el caso de “Pipo”, que apenas termina el match salió en un pique corto a darle otro saludo a Tevez. Como para no dejar dudas de que “el ya no juega” no tenía ninguna intención de nigunear o rebajar al principinte. Porque “esta es una profesión completamente diferente, lo más cercano a ser jugador, y es ingrata”, dijo dos días antes. Y lo reafirmó post partido: “Es un buen pibe y nosotros como cuerpo técnico, a todos los que son buena gente, les deseamos lo mejor“.
A su turno, en ronda de prensa, el popular Carlitos tiró algo sobre lo que dejaron los 90: “Un poquito se vio de lo que pretendo. Tenemos que seguir trabajando, con una idea que nos proponemos nosotros. Aunque la gente se haya ido triste con el resultado, este es el camino. El pase de Aleman (gol de Sosa) es de otro partido. Vamos a seguir trabajando de la misma forma”.
Gorosito también dijo cuando le preguntaron por el bautismo de Tevez en este rol: “Me gustó una cosa que dijo y que no lo dicen todos. Le preguntaron por refuerzos y dijo: ‘cuando era jugador, me molestaba que el técnico que llegaba ya hablaba de refuerzos sin conocer a los que había’. Entonces, uno nunca tiene que olvidarse. Tiene que trabajar como entrenador y no olvidarse que uno sigue siendo jugador”.
Gorosito (que no juega oficialmente desde 2001) tuvo ayer una prolongación suya en el pase de Aleman, que a su vez encontró a un viejo socio del gol que conocía de memoria el Pipo… Sosa Acosta… Aunque aquel que tampoco ya no juega era Alberto Federico “El Beto” Acosta, otro santafesino, provincia que sigue siendo cuna de grandes jugadores.
Por Gabriel “Colo” López